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miércoles, 13 de febrero de 2008

"UNTADOS"

En casi todos los países democráticos es práctica habitual que los partidos políticos busquen el respaldo de la inteligentzia, con el fin de hacer más convincentes sus propuestas para el resto de la sociedad. El intelectual ha sido considerado históricamente una especie de guía alumbrador capaz de poner en orden las ideas de un conjunto social, y su conducta ha venido siendo ejemplo, en muchas ocasiones, de compromiso e independencia. A esta capacidad, los artistas añaden su intuición, finura o percepción para captar los más recónditos sonidos y movimientos de la condición humana, anticipándose incluso al porvenir de la sociedad por medio de su propio arte. La televisión ha cambiado todo actualmente, y resulta que un presentador, comentarista del corazón, futbolista o actriz de culebrón tiene más predicamento que cualquier filosofo o novelista. Así, no es extraño que la lista de los “abajo firmantes” o la foto de apoyo a tal o cual partido vayan encabezadas por “famosos”, más que por especialistas del mundo de la cultura. El otro día, por ejemplo, en la presentación de la Plataforma de Apoyo a Zapatero, casi ningún periódico ni televisión resaltó la presencia de Juan Goytisolo, posiblemente la persona más reconocida internacionalmente por su compromiso social y la defensa de los derechos humanos de cuantos se encontraban allí por propia iniciativa, además de un hombre que no suele frecuentar este tipo de actos electorales.
Le faltó el tiempo al candidato Mariano para arremeter contra esas miles de firmas que, según él, tratan de mantener sus privilegios, acusándolas de ser simplemente “cuatro caras untadas por el PSOE” . Reconozco que tal infamia no me molestó particularmente, pues ya estamos acostumbrados a la grosería verbal de Mariano y sus jinetes, pero sí me indignó su desprecio por los pintores, cineastas, músicos, científicos, investigadores y escritores que estamparon su nombre en la lista, más por secundar una política progresista y socialmente avanzada que por interés personal. También dio muestra Rajoy de hipocresía, ocultando que el PP organizó campañas de apoyo del mundo de la cultura a su alter ego Aznar, telefoneando e insistiendo incluso a los más desafectos para asegurarse una buena foto. En aquella ocasión, creo que no lograron reunir más de una docena de celebridades, entre las que brillaba su más famosa estrella, Norma Duval. Por cierto, a dicha artista le concedieron ipso facto un programa en TVE, lo mismo que a José Luis Garci o Sánchez Dragó, que acudieron también a la convocatoria. Al poeta Luis Alberto de Cuenca -el menos de derechas de todos y el más capacitado-, le hicieron bibliotecario nacional y después Secretario de Estado para la Cultura. A Luis Racionero, a pesar de su plagios o “intertextualidades”, le dieron también la dirección de la Biblioteca Nacional y más tarde la del Colegio de España en París. Asistieron también la ristra de periodistas que colaboraron con su pluma a la diseñada operación de acoso y derribo de Felipe González- según el propio Ansón-, que fueron convenientemente recolocados como nuevos tertulianos apologetas. Jiménez Losantos no lo necesitaba, pues ya tenía el regalo anticipado de la Conferencia Episcopal. En fin, mala memoria, Mariano. O lo que es peor, envidia cochina.